● Que venga el dolor

El dolor adopta formas diversas, una punzada, una leve molestia, dolor sin más, el dolor con el que convivimos a diario, pero hay un dolor que no podemos ignorar, un dolor tan enorme que borra todo lo demás, y hace que el mundo se desvanezca, hasta que solo podemos pensar en cuanto daño hemos hecho, o cuanto daño nos han hecho, como enfrentarnos al dolor depende de nosotros. Con este dolor tenemos varias alternativas: anestesiarlo, aguantarlo, aceptarlo, ignorarlo. Para algunos la mejor manera de enfrentarse a el es seguir viviendo. 

Yo solo pienso que al dolor  hay que aguantarlo, esperar a que se vaya por si solo y a que la herida que lo ha causado cicatrice, no hay soluciones ni respuestas sencillas, solo hay que respirar hondo y esperar a que se calme. La mayoría de las veces el dolor puede aliviarse, pero a veces llega cuando menos te lo esperas, te da un golpe bajo y no te deja levantarte, hay que aprender a aceptar el dolor, porque lo cierto es que nunca te abandona y la vida siempre lo acrecienta.

● Fantasía

Recuerdas cuando eras pequeño y creías en los cuentos de Fantasía… Y fantaseabas sobre como seria tu vida, vestido con un smoking negro junto a la persona que más amas en el mundo… juntos caminando a su castillo sobre las colinas, por la noche te echabas en la cama cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. El viejito Pascuero, el ratoncito de los dientes, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas, pero vas creciendo y un día abres los ojos y los cuentos de hadas han volado, Y la mayoría de la gente acude a aquellos en quien confía. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan, a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y vera que se han hecho realidad.

Cuando el día llega a su fin la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas, es como si un día te dieras cuenta que los cuentos no son exactamente como habías soñado, el castillo puede que no sea un castillo, no es tan importante eso de ser felices para siempre basta con ser felices en el momento. A veces muy de vez en cuando la gente puede darte una grata sorpresa, y tambien… de vez en cuando la gente te deja sin respiración…

● Errores

Hace dos siglos Benjamín Franklin reveló al mundo el secreto de su éxito, nunca dejes para mañana, dijo, lo que puedas hacer hoy. El descubrió la electricidad, la gente debería prestar atención a las cosas que dijo, no se porque siempre posponemos todo pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo, el miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo. A veces es miedo a tomar una decisión, porque y si te equivocas y si cometes un error sin solución. Sea lo que sea lo que nos da miedo, una cosa es cierta: cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo es como si cargáramos con un tumor gigante.

  El pájaro mas rápido atrapará al gusano, una decisión a tiempo salvará vidas. Quien duda esta perdido, no podemos fingir que no nos lo dijeron, todos hemos oido los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido, hemos oído los poetas malditos instándonos a vivir el momento, aunque a veces debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores, debemos aprender nuestras propias lecciones, debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos mas, hasta que comprendamos por fin lo que Benjamín Franklin quería decir, que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir y que fracasar o cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.

● Cicatrices

La gente tiene cicatrices de toda clase en sitios recónditos, como mapas secretos de sus historias personales. Diagramas de todas sus viejas heridas. La mayoría de nuestras viejas heridas se curan, dejándonos solamente una cicatriz. Pero algunas no se curan. Algunas heridas pueden ir con nosotros a todas partes, el dolor aún perdura, y no nos deja dormir.
Quizá nuestras viejas heridas nos enseñen algo. Nos recuerdan dónde hemos estado, y qué hemos superado. Nos enseñan que es lo que debemos evitar en el futuro... Al menos eso es lo que nos gusta pensar. Pero así no es como es, ¿verdad? Algunas cosas tenemos que aprenderlas una, otra, y otra vez.

● Sacrificio

Un hombre sabio dijo una vez: “Puedes tener todo lo que quieras en la vida si sacrificas algo por ella”… Se refería a que todo tiene un precio, así que antes de empezar la batalla uno debe decidir que tanto esta dispuesto a perder.

Con frecuencia hacer lo que nos agrada significa hacer a un lado lo que es correcto… y dejar que alguien se acerque significa dejar y derribar las murallas que estuvimos construyendo toda la vida, y como siempre los sacrificios más difíciles son los que uno no vé venir.

Cuando no tenemos tiempo de planear una estrategia, elegir  el partido o medir las perdidas y consecuencias, sin la posibilidad de encontrar una solucion rápida…  cuando eso pasa, cuando la batalla nos elige y no al revés, es cuando el sacrificio se puede convertir en algo que no podemos soportar.

● Morir, y en medio soñar

Vamos, ven, dime que buscas en el vacío de estas manos; es la ausencia de tu alma? Es un calor para protegerte?

No tengas miedo, yo estoy aqui, dame tu mano, confía en mi, quiero que sientas que este momento es eterno. Mirame, no te pierdas en las pequeñas cosas del día a día... piérdete en mi pupila, en mis ojos... puede que encuentres en ellos más de lo que te pueda expresar, piérdete en mi mente, sé que podrías encontrar algunas cosas importantes, tomate la libertad de pasar a tu antojo, acomodate, tienes todo el derecho. Recostate sobre mi, puedo servirte de abrigo cuando sientas que tu piel no es suficinte, escucha mi pecho cuando te falte el aire, no hace falta que me lo pidas, te lo daré en suspiros de esperanza, te puedo enseñar toda tu vida relatada en caricias. Ven, sientate junto a mi, todo esto tiene sentido porque el destino lo ha querido así, asi de perfecto, esto no es una cuestión de suerte, ella nunca me hubiera regalado tu corazón, porque es algo tan valioso que si se regalase perdería su valor, la verdadera suerte es que sé que existen mil caminos por los que llevarte para que ya no tengas que soñar con ser feliz.