Porque la vida recubre la muerte, y la sonrisa, oculta tu lágrima.
Allá en el horizonte, estás tú… mi sol, haciéndome correr, para alcanzar tu amor.
Y aunque delante de ti, haya un mar de árboles, que se plantan delante de mí, y el tiempo sea irremediablemente, un amanecer… cerraré mis ojos, y creceré en tu dirección, porque tuve un día más, para encontrarte. No seré ese árbol caído, nunca.
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